El própolis o propóleo, una sustancia resinosa producida por las abejas, ha sido valorado durante siglos por sus propiedades curativas. Recientes investigaciones han respaldado su eficacia en diversas áreas de la salud, desde la mejora del sistema inmunológico hasta la aceleración de la cicatrización de heridas. Sin embargo, es crucial entender cómo y cuándo usarlo correctamente para evitar posibles efectos secundarios.

Aunque el própolis es un complemento alimenticio natural, su consumo debe ser moderado y siempre bajo supervisión médica. Algunas personas pueden ser alérgicas a sus componentes, lo que puede causar reacciones adversas. Por lo tanto, antes de comenzar a consumir própolis, es recomendable realizar una prueba de alergia para descartar cualquier reacción negativa. Además, las mujeres embarazadas y lactantes deben evitar su uso, a menos que sea bajo la recomendación de un profesional de la salud.

Finalmente, es importante destacar que, aunque el própolis tiene muchos beneficios para la salud, no debe ser considerado como un sustituto de un estilo de vida saludable y equilibrado. Una dieta balanceada, el ejercicio regular y un descanso adecuado siguen siendo los pilares fundamentales para mantener un buen estado de salud.